Salida al Teatre Romea

El grupo de Spé LLCER Español de Terminale acudió al Teatre Romea para ver la obra de Juan Mayorga, La colección, junto a su profesora Olga Gracia.

La Colección (2020), escrita y dirigida por Juan Mayorga.

Héctor y Berna son un matrimonio mayor, sin hijos. Han dedicado toda su vida juntos a crear una Colección. La han construido pieza a pieza. cosa a cosa, imagen a imagen, discutiendo siempre, porque “discutir ayuda a pensar”. La han soñado en un espacio que él, Héctor, llama “la Caverna”, y que ella, Berna, denomina “el Ring”, porque su método de trabajo es el combate. Ahora, ha llegado el momento de preguntarse:

“Cuando nosotros no estemos, ¿qué será de la Colección?”

Héctor y Berna emprenden entonces una difícil tarea: “No buscamos un comprador: buscamos un HEREDERO”. La obra comienza con la llegada de Susana, a la que el matrimonio ha invitado con la esperanza (no exenta de escepticismo) de que sea ella la candidata idónea. Susana es una joven coleccionista apasionada, ambiciosa, una visionaria…

Sobre el escenario, un abigarrado amontonamiento de cajas negras de los más diversos tamaños evoca una colección inabarcable. Se trata del “Atlas” o Catálogo de las piezas atesoradas: contienen su historia, su huella, su “sombra. Cada vez que Susana abre una de las cajas, la voz en off de los coleccionistas leyendo el informe que contienen inunda la sala; la avidez de Susana no tiene límite, y las voces se atropellan y casi se superponen, creando una sensación de desbordamiento que nos supera.

En algunos momentos, una luz cenital desciende directamente sobre uno de los personajes: en el techo de la “Caverna” hay un agujero. O un ojo. Desde ahí se mira el mundo, se piensa y se sueña la colección. A veces, en ese mirar, buscar y construir, se cometen errores, pero como dice Berna, también “los errores son parte de la Colección”.

Diría el autor que todo lo que vemos durante una representación sucede en nuestra imaginación.  Qué piezas forman en realidad la Colección, no podemos saberlo; quizás algo que tiene que ver con todos nosotros (¿somos también parte de la Colección? …), aunque la Colección, su unidad, es siempre más importante que cualquiera de sus piezas… que cualquiera de nosotros.

Héctor y Berna insisten en que “hay que hacer justicia a las piezas”, conocerlas con la mirada limpia, libre de prejuicios. Nadie puede guiarnos en nuestra visita a la Colección, ni siquiera sus dueños. Porque cada uno de nosotros ha de encontrar su propia clave para descifrarla. Dice Héctor: “Hay un secreto del que la Colección es máscara, así como cada obra es máscara de su secreto”. Berna quiere transmitirle a Susana la trascendencia del inmenso trabajo realizado reuniendo la Colección: “Si algún día, dentro de un millón de años, un ser capaz de pensar y de sentir encuentra la colección, sabrá QUÉ ES LA HUMANIDAD Y QUÉ PODRÍA HABER SIDO.”

La búsqueda del heredero adecuado dibuja sobre la escena sucesivos “duelos” dialécticos: Héctor-Susana, Susana-Berna, Berna-Héctor y también la incómoda conversación entre la joven coleccionista y Carlos, un personaje enigmático y parco en palabras, presuntamente al servicio de la pareja. Es poco el tiempo en el que vemos juntos a los cuatro personajes. La tensión de los diálogos, con sus silencios incluidos, radica en esos duelos cara a cara.

Los recuerdos, las vidas posibles que no fueron, el amor y sus renuncias, la vejez y la terrible finitud de la existencia, el futuro que nos aguarda y también ése que nosotros no veremos, han sido las propuestas que hemos recibido del texto de Juan Mayorga y de la poderosa interpretación de José Sacristán y Ana Marzoa, que encarnan en la función a Héctor y a Berna. Qué privilegio ver actuar a estos dos enormes actores. No hemos sido indiferentes al desafío: al día siguiente por la mañana, nos hemos reunido en torno a un desayuno para discutir (eso les gustaría a nuestros coleccionistas) acerca de todo lo que nos emocionó o nos desconcertó. De algún modo, Mayorga nos dejó puestos los deberes, esto es, hacernos preguntas, y hemos tratado de hacer honor a su envite.